El proyecto Cine Accesible, impulsado por la Fundación Orange y Navarra de Cine, desarrollado durante prácticamente una década, ha pretendido acercar la cultura a las personas con discapacidad visual o auditiva como una propuesta más de integración.
Concluida en 2016, ha sido una iniciativa destinada a propiciar que las personas con discapacidad puedan acudir al cine en las mejores condiciones posibles, en este caso, con subtítulos específicos con códigos de colores para las personas con discapacidad auditiva y con audiodescripción para las personas con discapacidad visual.
El proyecto ha diseñado sesiones de cine abiertas a personas con y sin discapacidad y basadas en películas de estreno.
Cine Accesible ha contado con salas y programación estable en Bilbao, Madrid, Palma de Mallorca, Pamplona, Zaragoza, Valencia y Valladolid. Las salas cuentan, además, con bucle magnético permanente para usuarios de audífonos.
Desde 2007 se han realizado la accesibilidad de más de 120 películas y ha habido proyecciones para presentar el proyecto en más de 30 distintas ciudades de España.
Películas como Ocho apellidos catalanes, La gran estafa americana, El mayordomo, El discurso del Rey, Lo imposible, Celda 211, Ágora, Slumdog Millionaire, Los abrazos rotos… han podido llegar al público con discapacidad visual o auditiva gracias a este proyecto.
Cine Accesible recibió en octubre de 2009 el Premio Cibermax a la Cultura y la Fundación Orange fue reconocida por su labor de difusión de la audiodescripción para acercar la cultura y el ocio a las personas con discapacidad visual por la Asociación Discapacidad Visual de Cataluña en 2013.
El desarrollo de una sesión de cine accesible tiene lugar en una sala convencional de exhibición cinematográfica, dotada de la tecnología necesaria para la proyección accesible. Atendiendo al principio de no crear espacios de exclusión, estos dispositivos tecnológicos adicionales van dirigidos al publico que los necesita y no interfieren el visionado convencional de la película de aquellos espectadores que no necesiten estos apoyos, de manera que las personas con o sin discapacidad puedan acudir al cine juntos.
De esta manera, la sala de cine, que cuenta con bucle magnético, se dota una pantalla de cinco metros de largo por medio metro de ancho, colocada debajo de la pantalla de proyección. En esta pantalla adicional, los espectadores con discapacidad auditiva siguen los diálogos de la película en forma de subtítulos. Estos textos son los diálogos de la película traducidos de forma literal, y atendiendo a un código de colores determinado. Este código de colores hace que resulte más fácil determinar quién de los protagonistas está hablando, cosa que no sucede en el subtitulado que normalmente se ofrece en las versiones subtituladas de otros idiomas al castellano.
Además de los diálogos, se incluyen las indicaciones necesarias respecto de sonidos, golpes, gritos, música, etc, en definitiva todo aquello que completa la banda sonora de la película aparecerá reflejado como texto.
La colocación de una pantalla adicional, además de impedir que determinadas letras de color se pierdan en los fondos de la propia película, permite que los espectadores que no necesiten este apoyo vean la película sin subtitulado incrustado.
Las personas con discapacidad visual disponen de unos auriculares inalámbricos personales que se entregan a la entrada de la sala. A través de ellos reciben la audiodescripción, una locución da la información de todo aquello que sucede en pantalla y que tenga relevancia para la correcta comprensión de la película traducido a palabras. En ella se dan indicaciones de estética, situación de los personajes, reacciones, sentimientos… Todo aquello que es susceptible de ser percibido a través de la vista, traducido a palabras, de forma que la persona con discapacidad visual puede contextualizar perfectamente los diálogos del filme.
La audiodescripción se realiza y digitaliza en estudio. Técnicamente se editan lo que se llama bocadillos de sonido que son lanzados intercalados entre los diálogos de la película de manera que la persona con discapacidad visual recibe los sonidos originales a través de los altavoces de la sala, y únicamente el apoyo de audiodescripción por sus auriculares personales. Nadie que no tenga unos auriculares percibirá esta audiodescripción.